Las craneosinostosis son de origen congénito y tienen como única solución la corrección quirúrgica. Uno de las mayores preocupaciones en los neurocirujanos pediátricos al recibir estos bebés con craneosinostosis es la tardanza con la que son remitidos para tratamiento. Entre más temprano sean remitidos, mas sencilla será su corrección, menor el tiempo de cirugía, mejor el resultado y menores los riesgos y probables complicaciones. Está científicamente evidenciado que las cirugías realizadas antes del del primer año minimizará en el paciente, las repercusiones funcionales, neuropsicológicas y cosméticas que la craneosinostosis siempre genera.